Para empezar, queremos explicar que son las pilas. Las pilas son una fuente de energía eléctrica que se obtiene de la transformación directa de energía química y está constituida por uno o varios elementos primarios, formadas en su mayoría por elementos tóxicos.
Las pilas usadas son aquellas pilas, que ya han consumido esta energía y que únicamente tienen dichos elementos nocivos, por ello deben ser tratadas de unas formas particulares para evitar que esta toxicidad pase al medioambiente, contaminándolo.
Clasificación de las pilas
Según el tipo de pila, contiene unos componentes u otros, siendo más o menos tóxicos. Por ello, es importante saber con qué tipo de pila contamos, para saber cuál es el método de reciclaje correspondiente. Dicho todo esto, procedemos a la clasificación de las pilas:
- Pilas salinas o de zinc-carbono. Son las pilas comunes, cilíndricas o prismáticas. Su toxicidad es baja.
- Pilas alcalinas o pilas de manganeso: Suelen ser cilíndricas o prismáticas y su toxicidad es media.
- Pilas botón de mercurio, alcalinas. Se usan en equipos portátiles pequeños. Su toxicidad es muy alta.
- Acumuladores y baterías de níquel/cadmio. Su uso en equipos portátiles es cada vez menor debido a la peligrosidad del cadmio. Se emplean habitualmente en la industria, juguetes, iluminación de emergencia, teléfonos inalámbricos, etc. Son altamente tóxicos.
- Acumuladores y baterías de níquel/metal-hidruro. Se utilizan tanto en equipos portátiles, como en automoción y en el sector industrial. Representan un peligro para el medio ambiente.
- Pilas, acumuladores y baterías de ion-litio. Hasta hace poco la mayor demanda de baterías de litio era el sector de la electrónica de consumo. Para 2030, se estima que aproximadamente el 85% de la demanda de baterías de litio provendrá de vehículos eléctricos, y el resto se empleará en electrónica de consumo. Supone un riesgo medioambiental.
Dónde puedo reciclar mis pilas usadas
Todos los tipos de pilas mencionados anteriormente pueden reciclarse, la forma común de reciclarlas es llevándolas a un punto limpio o a contenedores específicos de pilas que pueden encontrarse en supermercados o ferreterías. Aunque, por ejemplo, las baterías de níquel-cadmio, las de níquel/metal-hidruro o las baterías ion-litio se mandan a otros países de la Unión Europea como Francia o Alemania.
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Además, cabe destacar que las pilas botón de mercurio, al ser altamente tóxicas, tienen un proceso especial por el que deben pasar para ser recicladas. Estas pilas son pasadas por un calentamiento, para posteriormente extraerle el mercurio de su interior y poder ser recicladas de esa forma.
Otras formas de reciclar mis pilas usadas
- Las pilas, además de reciclarse, pueden recargarse. Aunque únicamente pueden recargarse las pilas que tienen la marca específica de “recargable”. Solo es posible recargar las baterías que están etiquetadas como «recargables». Si intenta recargar una batería que no está diseñada para ello, puede ocasionar una rotura o fuga y causar daños personales. Estas pilas son las pilas de Níquel-Cadmio, las de Níquel/metal-hidruro y las de ion-litio.
- Otra opción puede ser venderlas a empresas dedicadas al reciclaje, el precio será bajo aunque sigue siendo otra opción a contemplar.
Consecuencias de no reciclar tus pilas usadas
Si las baterías o pilas se desechan junto con la basura doméstica, se acelera un proceso de oxidación que conduce a la liberación de metales y otras sustancias dañinas presentes en estos productos comunes del día a día, lo que resulta en daños al agua, suelo, aire y organismos vivos en el medio ambiente. Además, los vertederos son propensos a incendios que también aumentan la liberación de estos elementos tóxicos.
Esto es muy importante, ya que una pila con mercurio puede contaminar hasta 600.000 litros de agua, por ello desde Loja Limpia recordamos la importancia que tiene el reciclaje de pilas usadas para nuestro planeta.
